Cuando el bajo costo se convirtió en mal servicio… VivaColombia y una experiencia «inolvidable»

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Hace unas semanas decidimos con mi mejor amiga viajar con nuestras hijas de dos años a la playa para pasar unos días diferentes con ellas y saludar al mar.  El plan estaba definido solo debíamos ejecutarlo y comenzamos por los tiquetes aereos.

Como cualquier viajero utilizamos varios motores de búsqueda en internet y diferentes aerolineas hasta encontrar aquella que por costo e itinerario se ajustará a nuestras necesidades, en esta oportunidad la elegida fue VivaColombia y allí comenzó el calvario …

En total compraríamos 4 tiquetes aéreos: dos adultos y dos niños mayores de 2 años (porque aunque se van sentados en tus piernas al final pagan su tiquete) y los pagaríamos con dos tarjetas de crédito diferente.  Allí el primer impase: debíamos hacer reservas independientes para que los pagos pudieran hacerse de manera diferente.  En ese momento decidimos hacer dos reservas: una para nosotras las adultas – para pasar el gasto por la compañía- y otra para las niñas -para hacer el pago desde una tarjeta personal-.

Llego el día del viaje y como es debido (para que no le cobren 25.000 pesos por cada check in) hicimos nuestro registro antes de las 7 horas de nuestro vuelo pero debíamos dejar nuestro equipaje en el counter.  Vaya sorpresa que a pesar de ir con dos niñas en coche no podíamos optar por la fila rápida ya que no habíamos pagado por ella así que debimos hacer la fila normal, pero bueno ok. ya estábamos de paseo y no permitiríamos que ello nos arruinará el viaje.

Llegamos a nuestro destino sin traumatismo pero la historia de terror comenzó al momento de regresar a casa.  Cuando estábamos haciendo el check in de regreso, como teníamos dos reservas independientes, hicimos primero un par de check in -la de los adultos- y dejamos para el siguiente paso la reserva de las niñas, la primera la pudimos hacer sin problema, sin embargo en la segunda el sistema de VivaColombia fallo y no pudimos hacerlo.  Intentamos e intentamos pero no era posible con el tema de la silla (a pesar de haber pagado silla fija al momento de la compra).  Decidimos entonces en medio del calor y la ansiedad de las niñas y en un hotel en medio de la nada, que seguramente en el counter en Santamarta nos entenderían y ayudarían.

Llegamos corriendo al aeropuerto, nuevamente el tropiezo de no poder tomar la fila rápida a pesar de ir con niñas y ese calor de locos, por no haber pagado por ello, y cuando nos toco nuestro turno la funcionaría de VivaColombia de la manera mas descortes y grosera nos dijo teniamos que pagar COP$50.000 por los dos pasabordos de las niñas.  Tratamos de explicarle de mil maneras y fue tan displicente que incluso cuando le pedí la factura para luego poner la respectiva queja falto poco para que la tirara sobre mi cara.

Ya en la sala de espera nuevamente me encuentro con la funcionaria, esperé que ya mas calmadas, entendíera mi molestia a lo que ella solo repetía como una lorita que si no tenía el pantallazo del error ella no podía entenderme … Fue tan frustrante … Finalmente pagamos y abordamos.

Además del trato fue sorprendente ver como en VivaColombia no piensan en los niños y sus madres y los coches que, normalmente en otra aerolinea recoges en la puerta del avión al finalizar el vuelo, colocan los coches en la banda que entrega las maletas así que, en aeropuertos como el Dorado debes llevar a los niños caminando largos tramos -en el mejor de los casos porque usualmente piden ser alzados- hasta llegar al coche.

Si lo miro objetivamente de bajo costo no tiene nada porque un tiquete que en Avianca me hubiera costado COP$500.000 en VivaColombia con equipaje y el pasabordo que tuve que pagar me costó COP$460.000.

Desde cuando la atención al cliente empezó a ir atada al costo «bajo» del servicio o producto, desde cuando las familias que viajamos con bebes o niños pequeños empezamos a sentirnos frustrados o incomodos de hacer estos planes en familia, desde cuando no resulta lógico que hubiera podido tener pasabordo de 2 adultos pero no de 2 niñas de 2 años que viajan con los adultos y que además tienen la silla asignada.

Que tristeza que la aerolinea no haga honor a su nombre porque uno no ViveColombia unos SufreColombia con ellos…

Y ni hablar de los precios de la tienda que son espantosos!

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